Àngel rodríguez Vilagran
periodista. Girona
LA OBSESION DE LOS LIKES EN INSTAGRAM
Una de las aplicaciones de móvil más usadas por los jóvenes es Instagram. Me recuerda mucho al Fotolog que antes de la aparición de los SmartPhone estaba muy de moda. Instagram se basa simplemente en fotografías y en comentarios cortos, por eso triunfa entre los adolescentes, porque tienen que escribir muy poco. Lógicamente a cada foto le puedes poner los likes (me gusta) y comentarios. Muchos jóvenes que usan esta plataforma es para presumir de su cuerpo, así, se hacen fotos en plan modelo esperando los sucesivos likes de los amigos y amigas, un comportamiento conocido con el neologismo de “Postureo” que la RAE define como “Actitud artificiosa e impostada que se adopta por conveniencia o presunción”. Nunca mejor definido. Otros jóvenes usan Instagram como “pastoreo”, como me gusta definirlo a mí, es decir, ir informando de los sitios que uno visita través de fotos que se cuelgan al instante. Y … finalmente, porqué no, hay los amantes de la fotografía que ven en esta plataforma un buen sitio para darlas a conocer.
Sentirse guapo o guapa y presumir de ello en las redes, hasta cierto punto y sin romper normas morales, no es malo; pero lo que realmente nos tiene que preocupar es comprobar si estamos obligados a colgar fotos en Instagram para subir nuestra autoestima. Esto puede llegar a ser peligroso si constantemente estamos pendientes de los likes para saber que somos importantes, útiles, guapos… porque al final nos haremos fotos ya no por gusto sino por obligación de autoestima. Pensemos que los mismos que nos ponen likes en el Instagram son los que luego nos tienen que gustar en la calle y a veces no todos se comportan de la misma forma en las plataformas digitales como en el entorno real de la calle. ¿Cuántas veces alguien te ha dado un like en el Instagram y luego en la calle ni te ha saludado?
Ángel Rodríguez Vilagran
(Texto publicado en mayo de 2018 en El Mensajero de San Antonio)
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